Cómo los cazadores pueden contribuir a la gestión responsable del lobo en Cantabria.
La población de lobos en Cantabria ha crecido un 92% en los últimos 10 años, alcanzando 23 manadas que ocupan el 80% del territorio de la región. Este aumento ha generado conflictos, especialmente con la ganadería, debido a los ataques que dejaron más de 1.800 animales muertos solo en el primer semestre de 2024. Ante esta situación, Cantabria trabaja en un nuevo Plan de Gestión del Lobo que busca equilibrar la conservación de esta especie y los intereses de las zonas rurales.

La Mesa del Lobo, que reúne a asociaciones ganaderas, conservacionistas y administraciones, será clave en la planificación de medidas como la extracción controlada basada en estudios científicos. Estas acciones buscan evitar la expansión de los lobos hacia áreas urbanas, donde los conflictos por ataques y su impacto económico son más notables. Además, la Consejería de Desarrollo Rural está revisando la zonificación para delimitar áreas en las que el lobo pueda convivir sin afectar gravemente la ganadería.
El plan incluye políticas preventivas como compensaciones económicas a los ganaderos afectados y la contratación de seguros para cubrir los daños causados por la fauna salvaje. Sin embargo, las autoridades recalcan que la prioridad es implementar medidas que reduzcan los ataques antes de que ocurran, garantizando que el lobo se mantenga en territorios menos conflictivos.
Para los cazadores, la participación activa en la gestión sostenible del lobo es fundamental. Como aliados en el control poblacional, pueden contribuir al equilibrio entre conservación y desarrollo rural. Además, esta colaboración fortalece su papel como defensores de la biodiversidad, posicionándolos como parte de la solución en el manejo de especies como el lobo.