Tres individuos son sorprendidos con cornamentas y un cráneo de ciervo sin autorización en la comarca del Arlanza
La reciente intervención de la Guardia Civil en la provincia de Burgos vuelve a sacar a la luz un problema que los cazadores conocen bien: la recogida ilegal de desmogues y trofeos de caza por parte de personas ajenas a la actividad cinegética regulada. Esta vez, fueron interceptadas tres personas que transportaban sin permiso un cráneo de ciervo y doce desmogues —es decir, astas que los ciervos pierden de manera natural—.

Los hechos ocurrieron a comienzos de abril, coincidiendo con el arranque de la temporada del corzo en Castilla y León. Los agentes del SEPRONA detectaron un vehículo sospechoso en la comarca del Arlanza, y al inspeccionarlo encontraron las astas y el cráneo escondidos en dos mochilas. Los implicados aseguraron haberlos recogido del monte, sin saber si se encontraban dentro de un coto de caza ni tener permiso alguno.
Desde el punto de vista de quienes practicamos la caza de forma legal y respetuosa con el entorno, este tipo de actuaciones suponen un grave perjuicio. No solo por el daño económico que representa el expolio de estos recursos naturales, sino también porque genera una imagen distorsionada de la actividad cinegética. Muchas personas no distinguen entre quienes cazamos dentro de la legalidad y quienes se dedican al saqueo del monte.
Los desmogues tienen un valor importante en sectores como la artesanía o la decoración. Por eso, en algunos cotos de gestión seria, se regula su recogida con licencias específicas, incluso generando empleo en zonas rurales. Sin embargo, estas redes ilegales que actúan sin permiso están perjudicando a las fincas gestionadas de forma sostenible, y ponen en peligro la convivencia entre cazadores, propietarios de cotos y la Administración.
Según la normativa vigente en Castilla y León, no se puede recoger ni un solo cuerno sin contar con la autorización expresa del titular del terreno o de la Junta en caso de reservas. Esta ley está pensada para proteger tanto la fauna como el esfuerzo que realizan muchos cazadores y gestores para mantener poblaciones saludables de ciervo, corzo o gamo.
Este tipo de noticias deberían servir para reforzar el papel del cazador legal como parte fundamental del equilibrio del monte. No somos meros usuarios, somos también guardianes de la biodiversidad. La lucha contra estas prácticas ilegales no debería ser solo tarea de la Guardia Civil, sino también de todos los que defendemos una caza ética, ordenada y responsable.