Fondos públicos y presión política: la polémica de las ONG ambientalistas
Las asociaciones ecologistas que reciben financiación de Bruselas están en el ojo del huracán tras las acusaciones de usar dinero público para hacer presión política. Según un informe del diario holandés De Telegraaf, la Comisión Europea habría destinado 15,6 millones de euros anuales a grupos ambientalistas que promueven el lobby ecologista, un hecho que ha desatado la indignación entre cazadores y otros sectores afectados por sus campañas.

Estos grupos, que han sido durante años una fuerza de presión contra la caza y el mundo rural, ahora están en el centro de un debate sobre la transparencia y el uso ético del dinero de los contribuyentes. Mientras aseguran que las subvenciones están auditadas y son legales, la sospecha de que estos fondos se están usando para influir en decisiones políticas ha generado una fuerte reacción en el Parlamento Europeo.
El temor de los cazadores y otros sectores rurales no es infundado: el lobby ecologista ha sido una pieza clave en la imposición de restricciones que han afectado la actividad cinegética en toda Europa. Desde la prohibición de la caza en ciertas zonas protegidas hasta la restricción del uso de plomo en municiones, muchas de las decisiones impulsadas por estos grupos han afectado directamente a quienes practican la caza de forma legal y sostenible.
Las ONG ecologistas se defienden argumentando que la financiación que reciben de la UE es mínima en comparación con lo que invierten las grandes corporaciones en hacer lobby en Bruselas. Sin embargo, el debate de los presupuestos europeos está en marcha y la posibilidad de que estos fondos sean reducidos o eliminados ha puesto en pie de guerra a estas organizaciones.
Mientras tanto, los cazadores y otros colectivos rurales exigen mayor transparencia y un reparto justo de los fondos públicos, denunciando que la presión ecologista subvencionada está poniendo en peligro no solo su actividad, sino también la conservación de especies y hábitats que dependen de una gestión cinegética responsable.