El Plan Rector de Uso y Gestión permite la caza con perros en fincas públicas, avivando el debate sobre la expansión a terrenos privados.
El reciente Plan Rector de Uso y Gestión para el Parque Nacional de Monfragüe marca un hito en la gestión cinegética en Extremadura, al permitir la caza con perros sueltos en fincas públicas. Esta decisión, respaldada por PP y Vox, sugiere una apertura hacia la posibilidad de extender las monterías a terrenos privados, generando un impacto significativo en el sector de la caza en la región.
Tras la llegada de PP y Vox al gobierno regional, se levantó la prohibición de la actividad cinegética en el parque, limitándola a criterios de control de ciervos y jabalíes en terrenos públicos, sin rehalas y sin fines comerciales o deportivos. Esta medida, anunciada por la presidenta autonómica, María Guardiola, desencadenó un debate legal con la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, sobre la legalidad de la caza en parques nacionales.
El Plan Rector ahora en consulta pública ha generado controversia al flexibilizar las restricciones, abriendo la posibilidad de celebrar monterías, un paso más allá de la caza de ungulados. La Junta defiende esta medida como un avance estratégico para convertir la actividad cinegética en una herramienta de gestión sostenible, aunque la ministra Ribera ha recordado la necesidad de que los cambios sean compatibles con la ley.
La aprobación del nuevo plan marca el décimo aniversario del anterior, y se destaca por incorporar novedades como un plan de autoprotección, gestión sostenible y conservación, así como medidas para la prevención de incendios. La incógnita sobre si la caza con perros se extenderá a fincas privadas se resolverá con el futuro Plan de Acción Selectiva, consolidando la posición de la Junta de Extremadura como receptiva a las demandas del sector cinegético.