Los cazadores y ayuntamientos denuncian la gestión de la caza en Ancares
La Reserva Regional de Caza de Ancares enfrenta una situación preocupante debido a la constante reducción de los permisos de caza. Ayuntamientos, juntas vecinales y asociaciones advierten que esta disminución ha generado un aumento del furtivismo y un descontrol en la población de especies, lo que provoca graves daños en cultivos y ecosistemas locales.
Desde hace más de una década, los cazadores de la zona han visto cómo las restricciones en los planes de caza afectan negativamente no solo a su actividad, sino también a la gestión del equilibrio natural. La falta de guardería en la reserva agrava aún más el problema, ya que sin suficientes agentes en el terreno, el control sobre el furtivismo se vuelve casi inexistente.
Las quejas también incluyen el abandono de las infraestructuras de la reserva y la falta de claridad sobre el uso de los Fondos de Mejoras. Además, los cazadores denuncian la ausencia de un plan de control de depredadores, una cuestión clave para mantener la sostenibilidad de la caza y el entorno natural.
Ante esta situación, las asociaciones de caza instan a la Junta de Castilla y León a tomar medidas urgentes, entre ellas el refuerzo de la guardería y la implementación de planes de control efectivos. De lo contrario, advierten que las consecuencias podrían ser irreversibles tanto para la caza regulada como para la biodiversidad de la región.