Un corzo queda atrapado en una grieta y un pescador de la zona le ayuda a escapar.
Los ladridos del corzo percataron a un pescador que estaba próximo a el que un animal estaba en apuros. Se trataba de un macho de corzo el cual había caído entre dos grietas en el suelo y no podía salir. El hombre trata de tirar del pequeño cérvido sin mucho éxito. Finalmente con ayuda de una pala consigue desplazar parte de la tierra y derrumbar el saliente liberando de esta forma al pequeño ungulado que se marcha a la carrera.