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Caza y Sociedad

Un cazador paga 37.000 euros por los precintos de caza y se queda sin precintos y sin el dinero.

abril 12, 2025

Un nuevo conflicto interno en una asociación de gestión cinegética acaba afectando a un veterano cazador y podría tener consecuencias para toda la zona

Según ha informado el diario Digital sorianoticias.com Un cazador experimentado, Eloy Gómez, ha denunciado por la vía civil a la Asociación de Vecinos Nuestra Señora de Paul, encargada de la gestión cinegética en el municipio soriano de Langa de Duero, tras ser privado de su derecho a cazar luego de haber pagado más de 37.000 euros. Este veterano amante de la caza llevaba 15 años disfrutando de los cotos de la zona, pero ahora se encuentra atrapado en lo que él mismo califica como una «estafa derivada de una disputa interna».

Gómez relata cómo, tras realizar el pago completo —24.000 euros más IVA, más 8.000 de fianza— y desplazarse hasta la zona, al llegar al hotel se encontró con que no podía hacer uso de los precintos que ya tenía asignados. Nadie le dio explicación alguna y, a día de hoy, no le han devuelto ni un céntimo. La única comunicación que recibió fue un mensaje de WhatsApp informándole de que sus permisos quedaban revocados mientras se aclaraba la situación.

Cabe destacar que, aunque inicialmente se informó que la denuncia iba dirigida contra el alcalde de Langa de Duero, el propio regidor aclaró que él no ha sido denunciado ni ha cometido ninguna irregularidad, pese a ser vocal de la asociación implicada.

El cazador, asesorado por su abogado, insiste en que existen contratos válidos, incluso si son verbales o tácitos, y que entregar los precintos equivale a ratificar un acuerdo. Según él, revocarlos sin motivo aparente ni compensación económica vulnera sus derechos y refleja una gestión deficiente por parte de quienes manejan el coto.

Pero esto no se quedará ahí. Gómez ha anunciado que interpondrá además una denuncia penal por presunta estafa, alegando que han pasado ya varios días sin respuesta ni solución. Incluso planea pedir medidas cautelares que podrían paralizar por completo la actividad cinegética en la zona hasta que se resuelva el conflicto legal.

Este caso pone sobre la mesa una problemática creciente en muchas sociedades de cazadores: la falta de transparencia, la gestión confusa y los conflictos internos que terminan afectando a quienes sostienen la actividad con su tiempo y dinero. Para muchos cazadores como Eloy, la caza no es solo un hobby, sino una tradición de años que merece respeto, seriedad y compromiso por parte de las asociaciones que la administran.

Desde el mundo cinegético se observa con preocupación cómo estas disputas administrativas pueden perjudicar a los aficionados, especialmente en zonas con historia y riqueza cinegética como Langa de Duero. Este tipo de situaciones, más allá del dinero, dañan la confianza en los sistemas de gestión y la convivencia dentro de los cotos.

Gómez afirma que lo único que desea es justicia: o bien cazar con normalidad como tenía previsto, o al menos que le devuelvan el dinero. «Lo que no puede ser es que cojan el dinero, me den los precintos y luego, por interés interno, lo revoquen sin explicación», sentencia. Su caso ya está en manos de la justicia, pero su impacto puede ir mucho más allá del plano personal.

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