Los hechos ocurrieron en el municipio burgalés de Arlanza.
Agentes medioambientales sorprendieron a un cazador escondiendo la cabeza de un corzo el cual acaba de matar entre unos árboles, aunque el cazador tenía un precinto para poder abatir esta especie cinegética cuando fue descubierto por los agentes medioambientales afirmo que el “trofeo no era de su agrado”.
Ha sido denunciado y se han intervenido tanto el trofeo de caza como el precinto