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Caza y Sociedad

La plaga de «Conejos Gigantes» un híbrido introducido a principio de siglo arrasa con los campos en Castilla y la Mancha y otras 8 Comunidades..

mayo 10, 2025

Cazadores y agricultores exigen soluciones urgentes ante el descontrol de esta especie híbrida que arrasa cultivos y se expande por todo el país

Desde hace dos décadas, agricultores y cazadores vienen advirtiendo sobre una plaga que ha pasado de ser un problema local en Castilla-La Mancha a convertirse en una crisis nacional: la proliferación descontrolada de conejos híbridos de gran tamaño. Esta especie no es el tradicional conejo de monte, sino un animal más grande, más voraz y con un comportamiento muy distinto, que se ha extendido rápidamente por Castilla y León, Andalucía, Cataluña, Navarra, La Rioja, Comunidad Valenciana y Murcia.

Introducidos a través de programas medioambientales para alimentar al lince y al águila imperial, estos conejos han encontrado en las cunetas de las carreteras y los taludes del ferrocarril un hábitat ideal, libre de depredadores y con abundante alimento. El resultado es devastador: siembras enteras de trigo, cebada, colza y triticale arrasadas, viñedos y almendros trepados y mordisqueados, y costes extra para los agricultores que deben proteger cada planta como si estuvieran en guerra.

Ante la inacción del Gobierno, el Partido Popular ha llevado al Congreso una Proposición No de Ley (PNL) para exigir una estrategia nacional de control. Para los cazadores, esto representa una oportunidad única de visibilizar su papel como herramienta clave en la gestión de la fauna silvestre. En palabras del diputado Antonio Martínez, “ya no vale mirar hacia otro lado; es evidente que sin la caza no se puede frenar esta plaga”.

Los cazadores conocen bien esta especie. No es fácil de abatir por su agilidad, su tamaño y su número. Además, se refugia en zonas donde está prohibido cazar, como márgenes de carreteras o infraestructuras ferroviarias. Por eso, es urgente que el Ministerio de Transportes actúe limpiando taludes y eliminando madrigueras en esos puntos críticos. Solo así se podrá evitar que estos conejos sigan reproduciéndose sin control.

La declaración de emergencia cinegética en más de 300 municipios de Castilla-La Mancha no ha sido suficiente. Año tras año crece el número de comarcas afectadas, pero las medidas son siempre reactivas y limitadas. Se necesita una planificación con visión a largo plazo que escuche a quienes conocen el terreno: los agricultores, los cazadores y los gestores cinegéticos.

La solución pasa por tres pilares: intervención sobre el terreno para limpiar y prevenir madrigueras; refuerzo del papel del cazador como controlador natural; y cobertura real de los daños a través de Agroseguro. Los seguros agrarios deben adaptarse a esta nueva realidad para proteger realmente a quienes sostienen el campo con su esfuerzo diario.

Desde el mundo cinegético no se pide un cheque en blanco, solo sentido común y voluntad política. Esta especie fue introducida por decisiones humanas, y ahora toca corregir el error. No se trata solo de proteger cultivos: también está en juego la salud de los ecosistemas y la viabilidad del mundo rural.

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