La Generalitat reconoce la gravedad del problema e incorpora 36 nuevos municipios al listado por sobreabundancia de jabalíes
En una decisión que confirma lo que muchos cazadores llevan años advirtiendo, la Generalitat Valenciana ha ampliado a 440 el número de municipios afectados por la alarmante proliferación de jabalíes. La sobreabundancia de esta especie ya no es un hecho puntual, sino una auténtica emergencia cinegética, ecológica y agrícola.
En su última actualización, se han añadido 36 nuevas localidades de las provincias de Castellón y Valencia. Con estos nuevos datos, el problema se distribuye así: 245 municipios en Valencia, 97 en Castellón y 98 en Alicante, lo que refleja un fenómeno completamente extendido por todo el territorio valenciano.

Este movimiento de la Conselleria de Agricultura se basa en la actualización de un modelo de análisis que tiene en cuenta factores como:
- Densidad de jabalíes,
- Accidentes de tráfico causados por colisiones con esta especie,
- Daños a cultivos de regadío,
- Y la afección a humedales donde habitan especies sensibles.
El resultado es claro: la presión del jabalí sobre el entorno natural y humano se mantiene en niveles preocupantes, lo que ha obligado a mantener incluso a aquellos municipios donde no se dispone de datos actualizados de capturas. Una decisión que, bajo el principio de precaución, busca evitar que el problema se descontrole aún más.
La medida se enmarca en el marco legal de la Orden 22/2021, que ya establecía la posibilidad de aplicar normas de caza excepcionales para el control de la especie, dada su rápida expansión y capacidad de adaptación. Esta orden, fruto de la presión del sector cinegético, abrió la puerta a una caza más intensiva y estratégica del jabalí, especialmente en zonas donde su impacto sobre la agricultura, la biodiversidad y la seguridad vial es evidente.
Desde el mundo de la caza, esta actualización se recibe como un respaldo claro a las reivindicaciones históricas: los cazadores no solo son necesarios, sino que son parte activa de la solución. La colaboración de las sociedades de caza, que conocen a fondo sus territorios, es vital para seguir controlando una población que no deja de crecer y que amenaza cultivos, pone en riesgo vidas humanas en las carreteras y desequilibra los ecosistemas.
La Generalitat ha reconocido que la situación de los jabalíes es dinámica y que requiere un seguimiento continuo, por lo que el listado seguirá actualizándose anualmente. La clave ahora es que se escuche más al sector cinegético y se le den herramientas eficaces para actuar: más permisos, menos trabas burocráticas y una visión clara de que la caza es parte de la conservación, no su enemiga.