El aumento del parásito Cephenemyia stimulator reduce las poblaciones y licencias de caza en la región.
El gusano de las narices está diezmando las poblaciones de corzos en el norte de España. En Burgos, tres de cada cuatro corzos están afectados, debilitándolos y haciéndolos más vulnerables a depredadores y enfermedades. Este parásito, originado en Francia, ha proliferado en regiones como Asturias, Castilla y León, Galicia, Cantabria y País Vasco.
Según expertos, la infestación está causando una reducción significativa en las licencias de caza, afectando la economía cinegética regional que genera entre 500 y 600 millones de euros anuales en Castilla y León. Sin embargo, se observa que los corzos pueden desarrollar cierta inmunidad con el tiempo, lo que podría mitigar el impacto a largo plazo.
Pese a la gravedad de la situación, se asegura que la enfermedad no afecta a otros animales ni a los humanos, y que la carne de los corzos infectados es segura para el consumo.