Expertos advierten sobre la amenaza de la caquexia crónica
Un nuevo informe ha encendido las alarmas sobre la caquexia crónica (CWD), una enfermedad neurodegenerativa que afecta principalmente a ciervos y ahora amenaza con dar el salto a los humanos. Conocida como la enfermedad del «ciervo zombie», este mal tiene una tasa de mortalidad cercana al 100 % y ha comenzado a detectarse en cerdos salvajes que consumen carne infectada.
El Dr. Michael Osterholm, investigador de la Universidad de Minnesota, señala que este salto entre especies podría extenderse rápidamente a los cerdos domésticos y, eventualmente, a los humanos. Esto tendría implicaciones graves no solo para la salud pública, sino también para las industrias cárnica y ganadera, sectores críticos en la economía de Estados Unidos.
El informe, respaldado por el Departamento de Recursos Naturales de Minnesota, alerta a los cazadores, ya que el consumo de carne de venado infectada es una posible vía de transmisión. Además, cocinar la carne no elimina el riesgo, ya que las proteínas mal plegadas responsables de la enfermedad, conocidas como priones, son resistentes al calor.
Los priones pueden transmitirse a través de saliva, sangre, heces o incluso agua y suelo contaminados. Esto plantea un gran desafío, ya que no existe cura, vacuna ni tratamiento para la caquexia crónica. Los expertos advierten que una nueva cepa de esta enfermedad podría adaptarse a los humanos, como ha ocurrido con otras patologías transmitidas por priones.
A pesar de que los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) aseguran que no se han confirmado casos en humanos, el riesgo futuro es innegable. Según estimaciones, los cazadores en Estados Unidos matan alrededor de 6 millones de ciervos al año, y 1,500 millones de cerdos son consumidos anualmente. Este contacto masivo entre animales y humanos incrementa el peligro de transmisión.
El Dr. Osterholm y otros especialistas piden mayores inversiones en investigación para frenar la expansión de la enfermedad, especialmente tras detectarse en 33 estados de EE. UU., incluidos Wyoming, Colorado y Pensilvania. La rápida propagación de la caquexia crónica refuerza la necesidad de un monitoreo constante y medidas preventivas, particularmente en las comunidades de cazadores que podrían estar en contacto directo con animales infectados.