La sobrepoblación de conejos genera estragos en cultivos, infraestructuras y seguridad vial, mientras los cazadores reclaman ser parte de la solución
El Partido Popular ha decidido dar un paso firme ante una situación que lleva tiempo desbordando a agricultores, cazadores y gestores del medio rural: la plaga de conejos silvestres. Esta sobrepoblación, que afecta ya a amplias zonas del país, está causando estragos en el campo y generando riesgos en infraestructuras y carreteras. Por ello, el PP ha presentado una iniciativa en el Congreso que busca la elaboración urgente de un plan nacional coordinado con las comunidades autónomas para afrontar este problema que va a más.

Desde Aragón hasta Castilla-La Mancha, pasando por Andalucía, Castilla y León, Navarra o la Comunidad Valenciana, los conejos están campando a sus anchas. A pesar de que muchas comunidades han intentado contener la situación, el avance de esta especie ha superado los mecanismos autonómicos. La necesidad de una respuesta nacional unificada es más evidente que nunca.
La sobrepoblación de conejos no solo está arrasando cosechas y cultivos —verdadero sustento de muchas familias del mundo rural—, sino que también está afectando vías férreas, carreteras y cauces de ríos, llegando incluso a poner en peligro la seguridad vial por accidentes causados por estos animales. Como si fuera poco, existe un riesgo sanitario por enfermedades como la tularemia, conocida popularmente como fiebre del conejo.
El PP insiste en que esta es una emergencia nacional y que, si no se toman medidas eficaces y sostenibles, el daño seguirá aumentando. En su propuesta, los populares abogan por escuchar a todos los sectores implicados, especialmente agricultores, cazadores y conservacionistas. Los cazadores, en particular, llevan años alertando de esta situación y reclamando un papel activo como herramienta natural de control poblacional, algo que ahora podría materializarse si el plan avanza.
Entre las medidas que se barajan destacan:
- Analizar en profundidad las zonas más afectadas.
- Evaluar si la actual Estrategia Nacional de Gestión Cinegética está dando resultados.
- Mejorar la cobertura del seguro por daños agrícolas relacionados con esta plaga.
- Actuar en puntos críticos como márgenes de carreteras, cauces fluviales y madrigueras.
- Contar con la experiencia y colaboración del sector cinegético, pieza clave en el equilibrio de los ecosistemas.
Los cazadores siempre han sido aliados del campo y del control de especies. Ahora más que nunca, se presenta una oportunidad para que se reconozca su papel fundamental en la gestión del medio natural. La presión del PP en el Congreso podría ser el inicio de un cambio que reconozca esa función clave en la lucha contra una plaga que afecta cada vez a más rincones del país.