Una búsqueda inesperada en el Barranco de las Vacas revela un macabro hallazgo
Cinco años después de la desaparición de Antonio Quesada y Ana María Artiles, un cazador hizo un descubrimiento estremecedor en un remoto paraje de Gran Canaria. Mientras recorría el Barranco de las Vacas junto a su perra, el cazador Carlos Díaz jamás imaginó que se toparía con los cuerpos del matrimonio desaparecido.
Díaz relata cómo su perra comenzó a escarbar en el suelo, sacando a la superficie huesos que en un principio creyó pertenecían a un animal. Sin embargo, al retirar una camisa encontrada junto a los restos, descubrió un cráneo humano que, al tocarlo, se partió en dos. «Entonces vi una prótesis dental caer, y entendí que se trataba de algo mucho más serio», declaró.
El hallazgo fue notificado de inmediato a las autoridades, quienes desplazaron al lugar a un equipo de la Policía Científica y dos forenses. Tras un descenso complicado hasta el abrupto barranco, los agentes encontraron ambos cadáveres en avanzado estado de descomposición. Según las primeras investigaciones, los cráneos presentaban graves lesiones que apuntan a un acto violento.