La expansión del oso pardo.
El Pirineo ha alcanzado un récord en la población de osos pardos, con 96 ejemplares registrados en 2024, según el Grupo de Seguimiento Transfronterizo del Oso Pardo (GSTOP). Esto representa un aumento de 13 individuos en comparación con el año anterior. De estos, 47 se encuentran en territorio catalán, lo que confirma una tendencia creciente en la presencia de esta especie.

El incremento no solo se debe a la reproducción, con diez nuevas crías nacidas este año, sino también a la detección de ejemplares que no habían sido contabilizados previamente. En total, 47 hembras, 45 machos y 4 de sexo no determinado forman parte de esta población en expansión.
Esta situación genera preocupación entre los cazadores y ganaderos, ya que la presencia del oso pardo se asocia con restricciones en la caza y posibles ataques a la ganadería. Aunque en 2024 no ha habido un incremento proporcional en los ataques al ganado, sí se han registrado 17 incidentes con 31 animales afectados. Se han implementado medidas de protección como el aseguramiento de colmenares y compensaciones económicas, pero el riesgo sigue presente.
El territorio ocupado por el oso pardo en los Pirineos ya alcanza los 7.200 km², 100 km² más que el año anterior. En Cataluña, la superficie de ocupación es de 1.800 km², aumentando año tras año desde que se inició la reintroducción de la especie en 1996.
Si bien las autoridades celebran el crecimiento del oso pardo como un éxito ambiental, los cazadores y ganaderos ven con preocupación su impacto en el equilibrio de la fauna y la actividad cinegética. La expansión de su hábitat puede influir en la regulación de la caza, restringiendo el acceso a ciertas zonas y afectando la gestión de otras especies.